Azuqueca de Henares (Guadalajara, Castilla-La Mancha) es una localidad moderna que mantiene a su vez la esencia de una ciudad tradicional, en el marco de un modelo compacto y cohesionado. El corazón del municipio, el Centro Urbano, es un entorno de preferencia peatonal, dotado de espacios de paseo, de zonas de recreo y juegos infantiles, fruto del 'Plan de Rehabilitación y Mejora de la Calidad Ambiental del Centro Urbano', un proyecto emblemático que supuso la reforma integral del centro y que culminó en 2011. Es también una ciudad equilibrada que, en un contexto industrial, apuesta por las zonas verdes con cerca de 400.000 metros cuadrados de parques y espacios ajardinados.
En las últimas décadas Azuqueca de Henares ha experimentado un importante crecimiento poblacional, que se ha desarrollado de manera concéntrica, en torno al casco y reservando las mejores parcelas para dotaciones, fundamentalmente centros educativos y equipamientos sanitarios, vivienda protegida e instalaciones deportivas.
La localidad se enmarca en un entorno privilegiado, tanto por su valor medioambiental, como de desarrollo. Azuqueca concede una especial protección a los terrenos situados entre la ribera del río Henares y la autovía, en donde se ubica la Reserva Ornitológica Municipal, un humedal que ocupa lo que hasta hace no muchos años era la depuradora municipal de lagunaje y que alberga gran variedad de aves. En cuanto al desarrollo, las buenas comunicaciones por carretera y ferroviarias, así como su posición geográfica hacen de Azuqueca de Henares un enclave estratégico para atraer la actividad económica.
Son muy pocos los datos de que se disponen hasta ahora para trazar la historia de Azuqueca. Se trata de noticias dispersas, algunas de ellas puramente anecdóticas, que no sirven mas que para vislumbrar lo que fue el pasado de nuestro municipio. Aunque el topónimo "Azuqueca" proviene de la palabra árabe <aÇouque>, que significa "mercado" o "feria", los primeros indicios de población en la zona son mucho más antiguos. En la finca de Acequilla se han encontrado restos de un cementerio neolítico que concuerdan con otros descubiertos en Alcalá y San Fernando de Henares. También se ha comprobado la existencia de asentamientos humanos en la edad de Bronce. La ausencia de fuentes obliga a dar un enorme salto en el tiempo hasta situarnos en la Edad Media. Azuqueca recibiría su nombre actual con la invasión musulmana y como tantas otras poblaciones castellanas, sería lugar de confluencia de árabes y cristianos en el periodo de la Reconquista. En esta época aparece citada no como municipio independiente, sino como alfoz o pedanía de Guadalajara.
Por su localización geográfica, la importancia del lugar se manifiesta merced a los yacimientos arqueológicos encontrados a orillas del Henares. El viajero que actualmente recorra el sinuoso río comprobará, que durante el trayecto, y sobre todo en la zona que va de Madrid a Guadalajara, la multitud de restos antiquísimos ha sido variada. Cabe señalar tan sólo el enclave natural donde se sitúa, siguiendo los pasos de la antigua vía romana "Emérita-Caesaraugusta" que iba de Mérida a Zaragoza, lo que nos orienta a pensar en hallazgos de gran importancia no muy lejos de nosotros.
La prueba que confirma nuestras sospechas, además de leerla en textos de siglos pasados, quedó al descubierto hacia octubre de 1961 en la finca Acequilla, término municipal de Azuqueca de Henares y también en el del pueblo vecino de Alovera. Los vestigios son de una antigua villa romana del siglo II d.C, junto a los de necrópolis visigodas del siglo V, que aprovecharon las ruinas para ocuparlas ordenadamente con sus coetáneos ya desaparecidos.
No nos cabe la menor duda de la trascendencia én la historia de este valle del Henares más aún con la llegada de los árabes, quienes desde un primer momento, se percataron de la peculiaridad de la zona; no en vano dejaron, entre otras muchas cosas, el nombre de origen arábigo para el pueblo.
Ya en plena Reconquista, cuando las tropas de Alvar Fáñez en el 1085 inician la toma de Guadalajara y sus alrededores, la fisonomía de Azuqueca era tan ínfima que la hacía pertenecer como aldea a la ciudad de Guadalajara.
La frontera entre Edad Media y Moderna, nos va a proporcionar el inicio de todo tipo de documentación escrita sobre Azuqueca. De ahí sabemos que en 1499 "Azuqueca tiene un curato por anejo al de Quer", esto es, una parroquia que compartía cura con la de Quer, pueblo vecino, dependiendo de ella. No es de extrañar entonces, que años más tarde, 1570, leamos que "en Açuqyca hay un beneficio curado anexo al curado de Quer".
De todo ello podemos sacar varias conclusiones, desde lo pequeños del pueblo a lo reducido de su población y sobre todo, a que está contrastada la existencia de la Iglesia Parroquial de san Miguel desde finales del siglo XV, lo que nos demuestra con certeza, la importancia manifiesta del lugar por la longevidad de algunos edificios.
Ladrillo, tapial, escasez de piedras, etc.; los materiales constructivos que predominarán en esta zona durante la repoblación son pobres con respecto a otros lugares, explicándonos la desaparición de fortificaciones por la calidad de sus componentes y el empleo de otros más ligeros.
La siguiente muestra de la aparición de Azuqueca en la historia, la encontramos en las relaciones topográficas de Felipe II realizadas hacia 1575 donde, a modo de cuestionario, se responde a unas preguntas generales que servirán para conocer mejor a sus contemporáneos y a nosotros, la España del XVI. Se especificaba en ellas "que las casas del dicho lugar son de tapiería y ladrillo y cal y yeso... que en dicho lugar se cuenta al presente unos cincuenta vecinos", tomando ahora como vecino a la unidad familiar, que para la época, según diversos autores podría señalarse como referencia 4,5 personas por vecino, o tal vez 5 y hasta 7. Nosotros apostaremos a un cierto equilibrio para la zona y nos apoyaremos en 5, por lo que el número de habitantes era de unos doscientos cincuenta, la mayoría de los cuales son "gente pobre... labradora de tierra de labor de pan, que en ella se coge trigo y debada de buena manera" y vivían en un pequeño pueblo donde "hay una fuente muy antigua del tiempo de los moros, que nadie hay que sepa donde nacie, sino que está en cañada con sus arcabuces de barro y está en medio del puebli", normal en un lugar tan rico en manantiales subterráneos, no en vano, siglos más tarde se reconoce haber "muy cerca de la Iglesia, una hermosa fuente de los dos caños para el uso de los vecinos".
En marzo de 1628, Dª Mariana de Ibarra y Velasco, Marquesa de Salinas, hija del conquistador de las Américas, D. Diego de Ibarra y nuera del primer Marqués de Salinas, D. Luis de Velasco, Virrey de Nueva España, Perú y Presidente del Real Consejo de Indias, comprará el todavía "lugar" de Azuqueca al rey Felipe IV para hacerlo "villa", pasando a pertenecerles como una propiedad más del "Señorío, jurisdicción y vasallaje... como alhaja del mayorazgo", residiendo la mayoría de la familia desde 1614 en Acequilla, a la que nos emparienta una historia paralela.
Hay que esperar hasta 1751 para volver a cotejar información de la villa de Azuqueca de Henares en el Catastro del Marqués de la Ensenada; como dato atractivo se comenta "que en la población de esta villa hay sesenta y cuatro casas habitadas, diez parajes, un granero y otras posesiones como palomares, bodegas... y el número de vecinos de que se compone la población de esta villa es de sesenta y nueve individuos, viudad y pobres", rondando ya la población las trescientas personas.
En el primer cuarto del siglo XIX, Azuqueca cuenta con "76 vecinos, 268 habitantes, 76 casas, entre ellas seis regulares y dos medianas posadas", lo que nos demuestra que ahora, además de mencionar vecinos, se aclara el número real de personas, figurando como habitantes o almas, viendo que al menos en este pueblo, la media por unidad familiar ha disminuido hasta aproximadamente 3,5 por vecino.
Baste con asomarnos a otra estadística de 1846, la ya conocida de Madoz, para encontrarnos con que en el municipio hay "88 casas en estado ruinoso las más, sin formar calles, excepto la llamada Calle Mayor que presenta algún orden y la plaza que es muy grande y la ocupan las mejores casas... con una población de 88 vecinos y 292 almas".
Analizando escuetamente la población de Azuqueca a través de unos cuatrocientes años, nos daremos cuenta del escaso crecimiento población hasta mediados del siglo XX:
1571 43 vecinos (unos 215 habitantes)
1575 50 vecinos (unos 250 habitantes)
1628 55 vecinos (unos 215 habitantes)
1751 69 vecinos (unos 300 habitantes)
1785 70 vecinos (unos 300 habitantes)
1826 76 vecinos (262 habitantes)
1846 88 vecinos (292 habitantes)
1900 476 habitantes
1910 499 habitantes
1930 740 habitantes
1937 588 habitantes
1960 1.613 habitantes
1967 4.566 habitantes
1975 7.617 habitantes
1981 9.727 habitantes
1992 12.900 habitantes
1996 16.500 habitantes
Tres evidencias se pueden destacar en estas estadísticas: por un lado, la disminución poblacional que se aprecia en el puente del siglo XVIII al XIX, motivada claramente por una guerra de independencia contra los franceses entre 1808 y 1814; un segundo aspecto, también de recesión, lo vemos reflejado en 1937, pleno desarrollo de la guerra civil para, finalmente, experimentar un boom en cuanto a crecimiento hacia la segunda mitad del siglo XX, conocido y reconocido por todo, como favor inmediato por situarnos en el Corredor del Henares, pieza industrial clave para el desarrollo de una ciudad moderna en los inicio del XXI.