Bolaños de Calatrava

Bolaños de Calatrava es un municipio de la provincia de Ciudad Real, que se encuentra dentro del Partido Judicial de Almagro y pertenece al Arciprestazgo de Calatrava y Obispado de Ciudad Real. Se halla emplazado geográficamente en el centro del Campo de Calatrava, dentro de la extensa llanura manchega. Sus coordenadas geográficas se encuentran en el Paralelo 38º 53’00” y en el Meridiano de Madrid 0º 01’.

Bolaños de Calatrava ha experimentado una continua evolución poblacional desde la expulsión de los moriscos –siglo XVII-, convirtiéndose en un caso singular en el contexto de la provincia, ya que es el único pueblo que no ha visto descender su población en los siglos posteriores y hasta la actualidad, con una población de 12.000 habitantes

GENTILICIO

A los habitantes de Bolaños se les llama “bolañegos”. Es atípica la terminación “-ego” en la zona, pues es de origen céltico -gallego-. Ello se explica en relación con el apellido del caballero al que se le otorgó la repoblación de la villa. Éste descendía de la familia “Bolaños y Ribadeneyra”, que se extendieron por Asturias y Castilla, pero que era originaria de Becerreá -Lugo-, por tanto gallega y que al constituir la nueva sociedad de la villa adoptarían un gentilicio en consonancia con su procedencia y el lugar en el que residían, es decir, “bolañegos”.

BOLAÑOS EN LA HISTORIA

Para encontrar las primeras manifestaciones antiguas en Bolaños, tenemos que remontarnos a la Edad del Bronce, de la cual dan testimonio la “Motilla de los Palacios”, poblado en llano en forma de montículo artificial, y el “Cerro de los Castillones” y “El Guijo, poblados en altura.

A partir de estas manifestaciones se tiene constancia de que hubo presencia humana de forma ininterrumpida en toda la zona, como demuestra la “Sierra de El Pardillo”, cuyo poblamiento se inició ya en la Edad del Bronce, prolongándose a la Edad del Hierro y a las épocas romana y medieval.

En época romana la zona se convirtió en un importante y estratégico cruce de caminos para el comercio y las comunicaciones, formando parte de las vías de comunicación que atravesaban Hispania de Norte a Sur -Toledo-Córdoba y Zaragoza-Córdoba- y de Este a Oeste -Mérida-Levante-, lo que se atestigua con los diversos restos de calzadas romanas, que pueden verse en “La Colonia”, la “Venta de Borondo”, y los restos de edificación, que pueden apreciarse en la “Sierra de El Pardillo” y en la “Casa de Baños”.

Con la llegada de los visigodos, se produce en toda la zona una acusada decadencia, desembocando en la ruralización de la sociedad, por lo que la mayoría de los núcleos romanos desaparecen, manteniéndose únicamente “La Colonia”, la “Venta de Borondo” y, probablemente, el propio Bolaños.

En época árabe, la zona del Campo de Calatrava, por sus características climáticas y económicas, debió tener una población residual, con la excepción de los núcleos estratégicos situados en las vías comerciales como fue el caso de Bolaños. Al conquistarse la zona, el Castillo de Bolaños fue reconstruido, reorientándolo hacia Levante –Este-, convirtiéndose así en una plaza defensiva importante. Este hecho se refuerza con el abundante número de topónimos que quedan de aquella época como alberca, noria, higuera, azada, etc.

Tras la reconquista cristiana, es cuando Bolaños toma su nombre actual, sin que se tengan noticias de las denominaciones que pudiera haber tenido en épocas anteriores. Es en 1212, cuando la zona pasa a manos de Alfonso VIII de Castilla, quien debido a la debilidad de la corona, entrega el control del Campo de Calatrava así como su repoblación a la Orden de Calatrava. A excepción de Bolaños, que fue obsequiado a su hija, Dª Berenguela de Castilla, que otorgaría la repoblación, bajo un fuero especial derivado del de Castilla, a un caballero de su hueste señorial de la familia de los Bolaños y Ribadeneyra, el cual fue nombrado alcaide de la fortaleza y le dio su apellido por nombre y parte de su escudo familiar -Cordero y Bollo-.

Al desplazarse la frontera árabe hacia el Sur, la Orden de Calatrava se ve obligada a trasladarse hacia el mismo lugar, solicitando para ello la estratégica villa de Bolaños a la entonces reina de Castilla, Dª Berenguela. En un principio, esta petición fue denegada, lo que obligó a la Orden a instalarse en la cercana Almagro hasta que construyó el nuevo Sacro-Convento de Calatrava-la nueva. La Orden de Calatrava siguió insistiendo, hasta que la reina les donó Bolaños en 1229, con la confirmación de su hijo Fernando III, el Santo y una serie de privilegios especiales.

Desde la donación comienzan las confusiones con la historia de Bolaños, debido a que en la misma época coincidieron dos pueblos con el mismo nombre, Bolaños de Calatrava y Bolaños de Campos, que en aquel entonces no tenían apelativos que los diferenciara, terminando esta confusión en 1301, con la salida de Bolaños de Campos del poder de la Orden de Calatrava.

A mediados del siglo XIV, la Orden creó la primera Encomienda de Bolaños, de lo que da fe un documento de 1348, en el que se nombra un comendador de Bolaños. En el siglo siguiente se repararía el Castillo y el Maestre D. Pedro Girón confirmaría los fueros de Bolaños y su escudo, añadiéndole la espada aludiendo a su carácter de plaza militar.

En 1544, se crearía una nueva Encomienda de Bolaños, ignorándose lo ocurrido con la anterior, teniendo como comendador a D. Juan Pimentel. Esta encomienda fue dotada con bienes de la Mesa Maestral, distribuidos, además de en el propio término municipal de Bolaños, por Abenójar, Almagro, Corral de Caracuel, El Viso, Luciana, Miguelturra y Puebla de Don Rodrigo, e incluso fuera del Campo de Calatrava, como la Dehesa de Alharilla en Porcuna (Jaén). Hasta la incorporación de las Ordenes Militares a la corona, los comendadores de Bolaños fueron frailes calatravos, y después nobles nombrados por los reyes.

Desde su reconquista, Bolaños contó con una abundante población de moriscos, a los que los Reyes Católicos dieron privilegios, a pesar de lo cual sufrieron la persecución de la Inquisición y la desconfianza de los cristianos viejos, lo que culminaría con el decreto de expulsión de 1609, que fue dictado por el Duque de Lerma, Ministro de Felipe III y Comendador de Bolaños desde 1603. La expulsión trajo consigo la despoblación y el empobrecimiento de Bolaños, ya que los moriscos eran el motor de la economía por sus avanzados conocimientos de la agricultura y su abundante número.

En el siglo XIX la población de Bolaños se había recuperado bastante. En esta época era comendador el Conde de Gálvez, a quien, en 1810, al estallar la Guerra de la Independencia, le fue secuestrada la encomienda por afrancesado. Esta época de guerra, trajo a Bolaños desde saqueos de las partidas de guerrilleros a enfrentamientos con muertes violentas, pasando por expropiaciones e impuestos excesivos de contribución a los ejércitos. Pero no sólo traería efectos turbulentos la invasión francesa, sino que el cambio del Antiguo al Nuevo Régimen y las Guerras Carlistas también se dejaron sentir en Bolaños. Como es el caso de la veintena de milicianos liberales que fueron fusilados por la partida carlista de los “Palillos” el 3 de febrero de 1837, día de San Blas, cuya consecuencia fue el traslado de la celebración al día siguiente: “Día de las Almendrillas”.

La llegada de la I República, trajo consigo, además de los típicos cambios de nombres de los lugares más emblemáticos, multitud de plagas de langosta y una gran crisis económica que se extendería hasta buena parte del siglo XX.

Con la Dictadura de Primo de Rivera y la II República, la crisis económica y política no se solucionaría y esta situación acabaría agudizándose con el estallido de la Guerra Civil, el 18 de julio de 1936. Bolaños quedó en zona republicana y sufrió los estragos causados por los milicianos, que en agosto de 1936, y enrrabiados por la derrota republicana en Miajadas –Cáceres-, se ensañaron deteniendo a bastantes vecinos de ideología derechista, expropiaron numerosas propiedades, prohibieron los actos religiosos y destruyeron casi todo el patrimonio eclesiástico de Bolaños como imágenes, retablos, órgano, etc. Pero el hecho que más conmocionó al pueblo fue el asalto a la cárcel local, que se saldó con los asesinatos de varios presos políticos vecinos del pueblo.

Tras la Guerra Civil, la crisis regresó, manifestándose mediante hambrunas, recesión económica, represión y censura. Todo esto hizo que, alrededor de los años 50 del siglo XX, se produjera un fenómeno de emigración de muchos habitantes de Bolaños hacia otras tierras más prósperas, como Madrid, Barcelona, Valencia, etc.

Desde 1975, y tras la transición, Bolaños ha experimentado un amplio desarrollo social, cultural y sobre todo económico y demográfico, debido al carácter emprendedor y laborioso de sus habitantes.

CASTILLO DE BOLAÑOS

Fortaleza árabe construida en piedra basáltica y caliza, en el siglo XII. Consta de dos torres, la Prieta, que está desmochada, y la del Homenaje que tiene ventanas geminadas, en su día, tuvo dos torres (de tapial) más al sur de sus murallas. En su interior se conservan los restos de las distintas dependencias que albergó esta fortaleza, y que se ubicaban alrededor de un pequeño patio, ocupado por un aljibe, piletas, restos de columnas y distintos canales de agua. Así pues, dentro de todo el recinto almenado, sobresalen los restos de unos baños árabes, el recinto de un pósito del siglo XVI y los muros de antiguas estancias.

Se edificó para custodiar la vía militar de Toledo a Córdoba y tras la reconquista cristiana, fue donado en 1229, por Dª Berenguela de Castilla, a la Orden de Calatrava, la cual lo convirtió en sede de la Encomienda de Bolaños. En 1520 se reparó para combatir el levantamiento comunero. Tras un largo periodo de abandono, el espacio se ha venido dedicando a acoger actos culturales, hasta 2003, año en que se realizó la última excavación arqueológica para poner en valor los restos ocultos bajo el patio de armas y sacar a la luz el foso defensivo que lo rodeaba, pudiéndolo poner en valor, desarrollando un proyecto museográfico para que toda la sociedad pueda disfrutar de este importante patrimonio.

CASAS DE LA CALLE CRISTO

Situadas en los alrededores del Castillo de Doña Berenguela, estas construcciones domésticas constituyen el núcleo fundacional de la localidad bolañega, datándose su construcción entre los siglos XIV-XV.

Se tratan de estructuras con un marcado carácter mudéjar, como muestran los pies derechos y zapatas de madera que sustentan el artesonado de los patios. Fiel a la tradición romana transmitida por los árabes, el patio articula en torno a sí mismo todo el espacio habitacional. En estos se situaba también los pozos y pilas de piedra en las cuales las antiguas bolañegas limpiaban con esfuerzo las ropas de trabaja. Siguiendo la técnica de la arquitectura popular, las Casas de las Calle Cristo están construidas utilizado el tapial encalado (o enjalbegado) y el ladrillo de barro cocido.

 

Estas casas han llegado a la actualidad en un excelente estado de conservación, en tanto mantuvieron su carácter doméstico durante siglos. No obstante, esta continuidad habitacional ha conllevado ciertos cambios en su arquitectura, aunque sin llegar a desvirtuar su carácter plenamente manchego.

CASA DE SANCHA LÓPEZ DEL PERAL

Esta antiquísima construcción, próxima al Castillo de Doña Berenguela, fue edificada a principios del siglo XVII, si bien su uso y propietario inicial sigue siendo motivo de discusión. Según la tradición oral, en ella vivió Sancha López del Peral, nodriza del conquistador Diego de Almagro, quien pasó su infancia en la localidad. Con posterioridad, parece que la construcción fue utilizada como primera Casa Consistorial de Bolaños.

La arquitectura de la misma responde al tipo popular manchego, empleando en ella el tapial, el ladrillo cocido y el encalado de la fachada. Durante años la construcción fue sometida a la desidia y el paso del tiempo, si bien en el año 2013 se inició su restauración. En la actualidad, la conocida como Casa de Sancha López del Peral acoge un hotel, el “Hotel Doña Berenguela”, y un restaurante, “La Sancha”    http://www.hotelberenguela.com

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CASINO DE LA VERJA

El espíritu emprendedor de la población bolañega tiene su principal reflejo en el Casino de la Verja, construido a principios del siglo XX siguiendo la moda prefijada en el siglo anterior. Su arquitectura posee un fuerte carácter neo-mudéjar, frente al modernismo y neoclasicismo imperante en el resto de casinos provinciales, el Casino de la Verja posee un encanto único.

Desde su construcción, el Casino de la Verja perteneció al Círculo Agrario e Industrial de Bolaños, alternando entre sus paredes el ocio y el negocio. Ya en esta época, el casino acogió entre sus paredes actividades de índole cultural y artística, siendo además sede de varias asociaciones de tipo cultural e incluso político. En el año 2013, los socios del Círculo Agrario e Industrial acordaron la cesión del inmueble al Ayuntamiento de Bolaños, siendo actualmente considerado un edificio de gran valor histórico y cultural local.

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CASA DE COCA

En un pueblo abocado a la agricultura, como era Bolaños, el surgimiento de grandes terratenientes adinerados era habitual, pero no así el establecimiento de grandes señores con títulos nobiliarios, más próximos a la corte o los centros de poder. Es por ello que la Casa de Coca constituye una singularidad en la población bolañega.

La casa perteneció a Don Félix Cuartas y García, gran terrateniente local que fue nombrado caballero por el rey Alfonso XII. Se trata de la única casa nobiliaria conservada en la localidad, datada a finales del siglo XVIII y construida en un estilo plenamente barroco. Los cambios posteriores han afectado a su fachada, modificándose con los años aunque siguiendo los “cánones” de la arquitectura tradicional. Con todo, la misma aún conserva la rejería decimonónica, restaurada a principios del presente siglo, y el escudo de armas de la familia, labrado sobre mármol y situado sobre el dintel de la puerta.

En su interior, la disposición de las habitaciones se corresponde a la tradicional manchega, con estancias domésticas dispuestas en torno a un patio central cuasi-cuadrangular que presenta galerías conformadas por pies derechos y zapatas de madera.

BODEGAS DE ANTONIO MENCHERO

Durante casi un siglo, la familia Menchero ha estado vinculada a la producción vitivinícola. Práctica económica que aún mantiene en la actualidad, en la tradicional bodega situada en la Calle Legión, 27.

Dicha bodega, mantenida y restaurada con mimo concienzudo por el propietario actual, Amancio Menchero, constituye un auténtico ejemplo de patrimonio etnográfico, conservado con el cariño propio de quien ama la tradición familiar y el buen hacer.

De esta forma, la labor productiva vitivinícola convive en la actualidad con visitas guiadas, degustaciones de vino y variadas actividades de tipo cultural, tales como concierto de cante flamenco (http://www.vinos-menchero.com/).

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VENTA DE BORONDO

Construida en el siglo XVI, la Venta de Borondo constituye la clásica venta de paso manchega, recuerdo de una arquitectura que salpicaba las antiguas cañadas mesteñas. La mencionada venta se úbica a tres kilómetros del casco urbano, estando vinculada al camino real que unía Extremadura con el Levante y a la Cañada Conquense.

La Venta de Borondo está realizada en aparejo toledano encalado, poseyendo una planta rectangular con una torre-palomar en su ángulo sur. Las estancias se articulaban en torno a tres patios empedrados que aún conservan la antigua rejería y en los cuales se encuentra un torcularium del siglo IV. La portada principal es de piedra y está decorada con dos columnas adosadas.

Esta venta, considerada Bien de Interés Cultural, es conocida no sólo por su arquitectura, sino por haber inspirado la imagen de venta cervantina incluida en Don Quijote de la Mancha.

IGLESIA DE SAN FELIPE Y SANTIAGO

Situada en la Plaza de España, la Iglesia de San Felipe y Santiago es la iglesia parroquial de la villa. Es una construcción del siglo XVI de estilo de transición del gótico al renacimiento. La Iglesia cuenta con una única nave rematada en una cabecera poligonal, poseyendo cuatro capillas laterales y un coro. Todo el conjunto arquitectónico se encuentra cubierto con una bóveda de crucería que se apoya directamente en los capiteles adosados al muro.

La Guerra Civil afectó a su estructura y patrimonio mueble, siendo destruidos el Retablo Mayor barroco del siglo XVII y el órgano del siglo XVIII. No obstante, en su interior se encuentra restaurada la pila bautismal del siglo XVI, que se haya decorada con el primer escudo de la villa.

Un fresco del Calvario realizado en el siglo XVII se encuentra situado sobre la hornacina de San José y el despacho parroquial. Este último se haya cubierto por una bóveda barroca de gruesos nervios y decoración vegetal.

En el exterior observamos los contrafuertes de ladrillo y piedra. En la fachada destacan el rosetón abocinado hecho de ladrillo cocido, la portada es de piedra caliza de trama sencilla con arco de medio punto, pilastras adosadas y dintel. Las enjutas están decoradas con dos medallones en los que aparece la Cruz de Calatrava con dos eslabones a los pies y las llaves de San Pedro puestas en aspa.

 

ERMITA DE SAN COSME Y SAN DAMIÁN O DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA COLUMNA

La ermita es una sola nave y tiene planta de cruz latina. Está realizada con tapial con verdugadas de ladrillo en los muros y contrafuertes. En el exterior, en el muro a los pies, tiene un frontón clásico de ladrillo y un ojo de buey. Justo por encima se sitúa la espadaña de ladrillo que sujeta campana, la cual posee características muy similares a la de la Universidad de Salamanca.

La portada de piedra caliza y arco de medio punto tiene una puerta con dos hojas de madera con casetones datados del siglo XVII. Está decorada con dos relieves, en uno de ellos se representa la columna y los flagelos, mientras que en el otro está grabada la corona de espinas.

En la parte norte del edificio, donde actualmente se ubica un pequeño jardín, se encontraba el cementerio de la ermita, al cual sólo se podía acceder por una puerta situada en el interior de la nave. Tenía dos recintos, una para católicos y otro para no católicos, y fue trasladado a principios del siglo XX al cementerio actual.

En su interior, destaca la bóveda de cañón y lunetos, decorada con pinturas al fresco del siglo XVII que representan el Tetramorfo. El cimborrio se cubre con una cúpula ovoide sobre pechinas muy clasicistas, estando decorado con lienzos de estilo tenebrista representando a los Santos Fundadores de las órdenes religiosas. Las paredes de la nave están decoradas con restos de pinturas góticas recientemente descubiertas y en proceso de restauración.

Hemos de destacar el retablo barroco realizado por Miguel de Oliveros en el año 1689. El retablo es de madera policromada imitando el mármol. Posee cuatro columnas salomónicas con racimos de uvas y hojas carnosas decoradas en pan de oro fino. En la hornacina central podemos contemplar la imagen del Cristo de la Columna, patrón de la localidad. En las calles laterales del retablo están las imágenes esculpidas de San Cosme y San Damián. El retablo se prologan lateralmente pintado al fresco sobre las parees del presbiterio, representando los temas del Bautismo de Jesús en el río Jordán y el Sermón de las Bienaventuranzas. Corona todo el retablo un cuadro pintado al óleo con la ciudad de Jerusalén.

 

ERMITAS DE LA VIRGEN DEL MONTE

Ermita Vieja

Ermita de estilo románico construida en el siglo XIII a base de ladrillo enlucido y cal. La ermita primitiva estaba formada por el presbiterio, ampliándose en el siglo XV con la construcción de la nave de planta rectangular.

La misma posee una bóveda de cañón decorada con pinturas de las cruces de las órdenes militares de Montesa, San Juan y Santiago. El presbiterio es de planta rectangular con bóveda de arista. Está decorada con un medallón en el que está pintada la cruz de la Orden de Calatrava.

Ermita Nueva

A lo largo de los años el número de devotos hacia la Virgen de Monte fue aumentando y la antigua ermita no podía dar cabida a todos los fieles, por lo que a principios del siglo XX se decidió construir otra ermita más grande que pudiese acoger a un mayor número de población.

La iglesia es de una sola nave, bastante elevada, con cabecera poligonal y coro, está cubierta con bóveda y arista.

38.9068623, -3.664859